Actividades en las Cataratas de Iguazú: Garganta del Diablo

La Garganta del Diablo es el protagonista de las Cataratas de Iguazú, no importa de que lado te encuentres, éste es el que se llevará la mayor de las visitas así como también la mayor cantidad de fotos. El lado argentino, a diferencia del brasileño que lo ves solamente de frente, tiene un recorrido especial para llegar hasta acá que, en donde podrás llegar hasta la parte superior de ella.

Llegado a este punto disfrutarás de una mezcla de ruidos y paisajes completamente indescriptibles que solamente estando presente podrás entender.

El circuito es completamente accesible para todo el público, ya que no cuenta con ninguna escalera durante el recorrido.

El recorrido se inicia desde la Estación Garganta del Diablo del Tren de la Selva. Caminarás por una pasarela de un kilómetro que conduce hasta el balcón mirador que está frente del salto.

Durante este paseo podrás disfrutar de la fauna que habita en la zona, incluyendo a los coaties. Tienes que estar muy pendiente: del agua, porque seguramente podrás observar algunos peces; de los arboles, para observar a las aves y si tienes suerte hasta alguna culebra.

Al final del recorrido te encontrarás al salto protagonista de todo el viaje, la Garganta del Diablo, el cual se forma después de que varias ramificaciones del río Iguazú confluyen en un gigantesco pozo, lo cual provoca una caída violenta de gran caudal de agua desde una altura de casi 80 metros.

En este punto terminarás completamente mojado, en especial por la cantidad de bruma que se genera por la caída de agua, no importa si llevas impermiable, seguramente te vas a mojar, solamente trata de proteger todos los equipos electrónicos que lleves contigo.

El recorrido tiene una duración de un hora y media aproximadamente.

Para esta visita te recomiendo que hagas el recorrido lentamente y cuando llegues hasta el balcón mirador te tomes tú tiempo, si lo haces es muy probable que en algún punto te quedes completamente solo y puedas disfrutarlo al máximo sin la cantidad de gente que normalmente hay, ya que se llena de gente entre cada recorrido que hace el Tren de la Selva.