
Viajar sola, mis comienzos
Hace unos años atrás tenía la idea que para viajar siempre era necesario hacerlo acompañado, ¡yo, viajar sola, jamás!. Las razones obviamente eran muchas, que era muy peligroso que una mujer se fuera de viaje sola, que no lo iba a disfrutar porque no tenía con quien compartir, quien me iba a tomar las fotos, qué pensará la gente, en fin, eran un montón de razones que se me venían a la mente cada que vez que me planteaba a mi misma la posibilidad de irme de viaje sola ya que no tenía a nadie quien me pudiera acompañar.
Eso me detuvo por muchos años y, por supuesto, ahora me arrepiento cómo no tienen idea, porque no hay mejor experiencia que la de viajar pero sobretodo la de viajar sol@, yo no cambiaría por nada en este mundo todo lo que he vivido yo sola en cada uno de mis viajes.
Mi experiencia es un poco atípica, aunque le ocurre a muchas personas pero que no lo saben aprovechar. Yo tuve que superar los miedos de viajar sola por razones de trabajo. Normalmente hay ciertos puestos de trabajo que te toca viajar pero en mi caso lo tuve que hacer al exterior, específicamente a Ecuador, frecuentemente me toca irme hasta Quito a trabajar y a su vez a otras ciudades del interior de ese país. Al principio de esos viajes mi rutina era simplemente ir del hotel hasta la oficina, salir a comer para al final de la tarde regresar al hotel, los fines de semana la rutina cambiaba un poco porque iba a algún centro comercial a ver un poco de gente, comer y regresarme al hotel. Esta fue mi rutina por varias semanas, incluso puedo decir que meses hasta que un día me puse a pensar que estaba desperdiciando el tiempo allí en vez de estar aprovechando en pasear y conocer, estaba dedicando el día en una rutina simple, por esa razón me dije a mi misma que eso iba a cambiar, ese fin de semana iba a salir a conocer.
Como me lo había propuesto ese fin de semana salí, fui al jardín botánico a varios museos y al centro histórico de Quito, el siguiente fui al teleférico de Quito y la mitad del mundo y a medida que pasaba el tiempo iba aumentando los sitios que conocía hasta el punto de haber llegado hasta la frontera entre Ecuador y Colombia y conocí la Iglesia de las Lajas en Ipiales (Colombia) y el cementerio de Tulcán (Ecuador).
Ese fue el inicio de todo, aunque en muchas de esos paseos terminaba acompañada ya que animaba a alguien para ir juntos. Fue hasta que me fui a vivir a Colombia y me atreví a hacer mi primer viaje “grande”, yo sola, el lugar elegido fue Perú e irme hasta Cusco para conocer una de las maravillas del mundo moderno el Machu Picchu, el plan era ambicioso porque iba estar en varias lugares de ese país y tenía que planificar bien los hoteles, traslados, todo, pero con un poco de dedicación lo pude hacer. Hoy después de más de 3 años de ese viaje puedo decir que Perú fue mi primer país que visite en su totalidad sola y que después de esa experiencia supe que era capaz de hacer cualquier cosa.
Posterior a ese viaje vinieron muchos otros, fui al amazonas y me quede por varios días en casa de las comunidades indígenas de la zona, igual experiencia la tuve en la guajira colombiana, visité varias ciudades en Colombia, para ese momento ya estaba viviendo en ese país y no quería tener la misma experiencia que tuve en Ecuador.
Después de tener más de un año viajando por mi cuenta y de haber perdido el miedo por completo, me aventure a hacer viajes sin tanta planificación en donde solamente hacía la lista de los sitios que quería visitar y veía en los mapas en donde se encontraba y cuando llegará al sitios tenía que ingeniármelas en cómo llegar a ese sitio, así como también en donde me iba a hospedar, en otras palabras deje de planificar tanto los viajes, dejando a la deriva muchas cosas y cuando llegará yo tuviese que resolver. Así fueron mis viajes a México, Guatemala, Argentina y Galápagos, sin tanta planificación dejando que los lugares, pero en especialmente su gente, me asombrarán.
Ahora puedo decir que mis próximos destinos serán de esa forma, sin planificar, sin buscar tanta información solamente agarrando la maleta y comenzando la aventura. Viajar sol@ es difícil al principio pero después se va haciendo cada vez más fácil hasta que llega un momento que viajar acompañado se hace un poco más difícil.
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